08/07/22.- La instalación de un macroparque fotovoltaico supondría la eliminación del 7% de la agricultura local, la cual es un consolidado motor socioeconómico para la zona.
La posible instalación de un macroparque fotovoltaico sobre más de 100 hectáreas de cultivo en el municipio de Viver amenaza el principal motor socio-económico de la zona al suponer la eliminación del 7% de la agricultura local y el 15% de las infraestructuras de riego que abastecen los campos, además de generar un grave impacto ambiental al ocupar ambos lados de la Vía Verde de Ojos Negros.
La Cooperativa de Viver y la Comunidad de Regantes San Francisco de Paula están liderando las acciones para evitar la implantación de un proyecto que consideran un “contrasentido” al intentar sustituir una actividad económica consolidada y positiva para la población por una gran instalación eléctrica sin beneficios a nivel local.
En las alegaciones presentadas a la Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo por ambas entidades, responsables de que la agricultura en la zona sea un modelo de éxito, defienden que el proyecto ha sido “ideado, redactado y propuesto para su aprobación con un desconocimiento muy profundo de la realidad territorial y socioeconómica del lugar donde pretende implantarse. Desconocimiento que tampoco ha sido suplido con un estudio ambiental, socioeconómico, territorial y del planeamiento local, con el mínimo rigor exigible”, pues incluso se llega a decir que el cultivo principal en la zona es cereal de secano, cuando son olivar y almendro.
Perjuicios sobre la actividad agraria y el entorno
El proyecto de instalación de la planta fotovoltaica, promovido por la mercantil Proyecto Fotovoltaico Aicrum-1-SL sin un análisis real y exhaustivo de su impacto a nivel económico, social y ambiental y sin participación pública, no solo provocaría la pérdida de explotaciones agrarias en plena producción sino también una pérdida significativa de empleo e ingresos locales y, en consecuencia, un freno al crecimiento de la población local.
Asimismo, el emplazamiento del proyecto es “abiertamente contrario” al PGOU de Viver y a su evaluación ambiental y territorial, y de igual modo carece de justificación al no garantizar los valores ambientales, culturales y paisajísticos del territorio, ni utilizar el menor suelo posible de alto valor agrológico, según estipula el Decreto Ley 14/2020 de la Generalitat Valenciana sobre energías renovables. El macroparque estaría situado a ambos lados de la vía Verde de Ojos Negros y del camino que une la vía con el casco urbano de la localidad, en un paraje que, precisamente por estar completamente cultivado, sin edificaciones ni elementos de degradación, ofrece al visitante un espacio de singular belleza.
A su vez, el agroturismo, promovido desde la Cooperativa de Viver para dinamizar el territorio y poner en valor sus productos agroalimentarios, se está posicionando como un factor económico destacable, el cual necesita un espacio lo menos industrializado posible. Por ello, los escenarios que se mantienen más vírgenes y que resultan más visibles para el visitante, no son un emplazamiento adecuado para instalar una planta fotovoltaica en detrimento de 100 hectáreas de cultivo.
Un futuro incierto
Desde la Cooperativa de Viver y la Comunidad de Regantes San Francisco de Paula advierten de que, si se autoriza finalmente esta instalación fotovoltaica, se “estará coartando el futuro y empobreciendo a Viver, a una de las pocas experiencias de éxito de la agricultura en el interior de la Comunitat Valenciana”, lo que a su vez contraviene “el espíritu de la Ley de Estructuras Agrarias de la Comunidad Valenciana y de la política de la GVA contra la despoblación.”
El proyecto pretende implantarse en una zona que afectaría a 73 hectáreas de la Comunidad de Regantes, eliminando casi el 15% del total de superficie de riego, lo que desembocaría en un incremento de los costes fijos para el resto de los comuneros debido a la reducción forzada de dicha superficie, así como a una reducción del personal dedicado a la gestión y mantenimiento de la red general, que suma 43,3 km de longitud, con 125 hidrantes para dar servicio a 572 parcelas y cuya inversión total ascendió a 4 millones de euros.
Viver, modelo agrícola de éxito
La agricultura en Viver representa un verdadero motor económico, cuyo valor directo asciende a cerca de 6 millones de euros anuales, lo que supone un promedio de 4.125€ anuales por hectárea. La zona que pretende ocupar el macroparque, con la dotación de agua existente y la gestión adecuada, podría producir 103 toneladas de nueces y 269 toneladas de almendras, lo que se traduciría en 789.000 euros anuales, casi un 90% más de los beneficios que augura a los propietarios el proyecto fotovoltaico, en manos de un fondo de inversión británico.
Viver es la orgullosa excepción dentro de un mundo agrario en constante decadencia. Mientras la agricultura valenciana ha descendido el 15,1%, el sector agrario ha crecido en Viver el 4,1% en superficie neta, y además lo ha hecho con una modernización absoluta al transformar el secano en regadío, con un incremento este último de un 163,3% hasta alcanzar las 490 hectáreas, según datos del Instituto Valenciano de estadística (IVE).
Esta cifra contrasta con la disminución de superficie agraria que, de forma general, ha sufrido la comarca del Alto Palancia entre 2002 y 2021, llegando a reducirse en un 21,6%. Alimenta este dato la disminución de tierras de cultivo en las poblaciones vecinas como Altura, donde a pesar del aumento de superficie de regadío, la superficie agraria total ha descendido un 11,7% en ese mismo periodo; Jérica, donde se ha reducido en un un 28,2%; o Segorbe, con un 26,5% menos de superficie agraria neta, lo que convierte a Viver en una salvedad dentro del sector.
La comercialización de las producciones agrarias en torno a la Cooperativa de Viver, entidad clave en el desarrollo económico local y comarcal en los últimos años, refleja el incremento progresivo del valor de las principales cosechas (olivo, almendro, nogal y viña), las cuales han generado casi 2,3 millones de euros directos en 2021, un 139% más que en 2005.
Las contrataciones en el sector agrícola en Viver también son una muestra de esta excepción al haber aumentado un 2,1% entre marzo de 2021 y marzo de 2022, según cifras del Portal d’Informació ARGOS de la Generalitat Valenciana, elaborados conjuntamente con los servicios públicos de empleo, en contraposición al descenso de contratos agrícolas registrados a nivel provincial, donde se ha producido una caída interanual del 4,75%, y del conjunto de la Comunidad Valenciana, donde la bajada ha sido del 1,4% respecto al año anterior.